martes, 30 de julio de 2013

Fan Fiction Forbidden (parte 2)

Maya

Todos los días se siente igual. Una rutina monótona donde yo soy un robot en piloto automático. A veces me pierdo en un pensamiento y solo veo su rostro. Mi Lochie. Por eso trato de no pensar, busco formas de estar ocupada, con los niños. Tal vez ayudando a Tiffin con su tarea o jugando con Willa. 
Las noches son la peor parte. Las pesadillas no me dejan respirar, el sólo hecho de revivir todo el dolor me destroza. Despierto gritando más de una vez y ahí esta Kit para sujetarme en mi ataque de nervios, para contenerme. Mi pequeño hermano. Él esta sufriendo también, se siente culpable por todo lo ocurrido, pero no es su culpa. ¿De quién es la culpa? Creo que es inútil buscar un culpable. Lochan no esta, eso es lo que importa. 
Lochie... 
-¡Maya! No estas escuchando lo que te digo. ¿Qué hay de comer?- chilla Willa, al parecer me estuvo hablando pero no la escuché. 

-Discúlpame cariño- me perdono con ella. Sus ojos azules me miran enojada de una forma tierna. Tal vez en otro momento me hubiera hecho reír su expresión. Hace mucho no rio-, Kit ¿Qué vamos a comer?

-Fideos- dice mi hermano sin mirarnos. Últimamente Kit me ayuda con las tareas de la casa. Mamá volvió a la bebida, pero la peor parte es que le echa la culpa a Lochan. No puedo estar cerca de ella, no después de lo que paso, de lo que vio. Trato con todas mis fuerzas de no odiarla pero a veces es inútil. Agradezco cuando se va por semanas con David, ahora que ya montaron un show para Servicios Sociales para no perder la custodia de los niños y de mi, volvieron a la normalidad. ¿Cuando yo volveré a la normalidad? 

-¡No quiero fideos Maya!- protesta Willa.

-Si se le puede decir fideos a la pasta incomible de Kit- interviene Tiffin. No es una provocación que llevaría a una pelea como antes, es un chiste para que nos riamos, para que se vuelva a escuchar la risa en esta casa. 
Tiffin realmente lo intenta, todos los días. El último intento que recuerdo fue hace una semana. Estábamos todos en el parque, Tiffin quería que salgamos como antes, entonces accedí. 

-¡Juguemos un british bulldog!- gritó Tiffin. Así que ese era su plan desde el principio.

-¡Si! Yo empiezo- animó Kit. Sentía sus ojos sobre mi.

El juego comenzó y todos corrimos, intentamos realmente divertirnos como antes, tratar de olvidar por sólo una tarde que todo se estaba desmoronando y que faltaba alguien con nosotros. Pero luego sucedió. Willa se cayo y empezó a llorar.

-¡No quiero jugar más! Esto no es divertido- chilló entre lágrimas, pero sabía que la causa de su llanto no era la caída, ni el juego. Lo sabía porque yo estaba conteniendo las mismas lágrimas-. ¡No es divertido si no esta Lochan para ayudarme a ganar! ¡Yo quiero jugar con Lochan!

Sentí como el corazón se paralizó de repente al oír ese nombre. Su nombre. No podía moverme, ni un musculo hacia ella, levantarla y abrazarla se veía tan lejos de mis posibilidades. "Yo también quiero que este Lochan aquí Willa." pensé
Kit dominó la situación como casi siempre lo estaba haciendo cuando uno de nosotros quebraba en llanto por Lochie. Me pregunto cuando Kit llora. Nunca lo demuestra pero se que su mirada es la tristeza personificada.
Esa noche tuve pesadillas.



Comemos en silencio como es la costumbre estos días. Tiffin intenta sacar conversación abaladas por Kit pero yo no respondo y Willa esta molesta hoy así que come con una expresión de enojo en el rostro. Me pregunto que estará pensando. Espero que no la molesten en el colegio por mi y lo que paso. Ya fui testigo de como hacían eso con Kit. Él realmente reaccionó y golpeo en el rostro al chico que se estaba burlando de que tenía dos hermanos enfermos. No es sorpresa que todos sepan lo que sucedió. Mamá se encargó de eso.
"Trata de no odiarla" pienso. Aunque se vuelve cada vez más difícil.
A la hora de dormir todos están en sus camas. Kit ya no duerme donde siempre, ahora lo hace en el sillón. Él dice que se harto de su cuarto allí arriba pero yo se que le duele saber que duerme ahí porque Lochan ayudo a arreglarlo para él.
Miro la cama con desconfianza, no se si quiero dormir, si sueño voy a recordar todo lo que no me permito pensar despierta. No importa cuanto trates de olvidar algo despierta, distrayéndote con otros asuntos, cuando tienes que dormir todo eso desaparece y el dolor dice presente.
Deslizo el camisón blanco de siempre sobre mi cuerpo y me meto bajo las sabanas. Esto duele, estoy empezando a recordar. Busco desesperadamente dormirme y luego de un tiempo lo logré.
La pesadilla comienza.




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